Mujer “sola” en la Edad Moderna
Viajar con perspectiva histórica ofrece un valor añadido a las sensaciones que nos aguardan y aún cabe mayor emoción cuando te sabes la primera noalejeña en volver a pisar las Encartaciones, lugar que un día de hace más de medio milenio abandonó Mencía de Salcedo, Fundadora de Noalejo. En apenas unos años nuestra localidad cumplirá quinientos como villa, conmemoración que espero presenciar y para la que desde estas humildes líneas me permito sugerir celebrarla con orgullo, pues hablamos de una mujer noble sola, apoyada por una emperatriz casi sola, que pasó gran parte de su tiempo con el solo sustento que le dispensaban sus Consejeros y el de un par de fieles damas de compañía, una de las cuales fue nuestra Mencía. En mi anterior columna mencionaba la singular diáspora de las y los vizcaínos en tiempos de mi protagonista, pues aunque de todas partes hubo éxodo, bien es cierto que las y los vascos fueron como bulanicos que en los ventosos días primaverales se desprendieron de la flor madre y, en forma de gráciles algodoncillos, transitaron al capricho de mansas corrientes para atravesar cordilleras y vadear mares.