Mi querida España
La canción que nos enamoró a todos allá en los setenta y tantos nos unió por pegadiza y querer a España. Cuánto de verdad y romanticismo encerraba. La cantante era esa chica espigada y lángida que cantaba canción protesta: “Cecilia” era su nombre. Creo que la hemos tarareado más de una vez aquello de... “Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra. De tu santa siesta, ahora te despiertan versos de poeta...”. Sí, así de esta manera continuaba y era bonita. Ahora, nuestro país mucho más incierto que entonces. En los tiempos que corren, a todos se nos ocurre preguntarnos, ¿qué le preguntaríamos ahora a nuestra querida España?, ¿quién nos arrebató aquella paz que respirábamos? La felicidad se dejaba sentir sin sobresaltos. El que trabajaba y era honesto vivía feliz. Ahora, aunque trabajes y seas un ciudadano intachable nos queda un sinfín de intranquilidades. Volver a coger las llaves para abrir nuestro hogar, cuando regresamos cansados a casa, nos pica el sobresalto de ¿estará ocupada por alguien? (y se nos nubla la mente). ¿Qué pasaría si hubiese ocupas? , ¿Y si por un casual encontráramos a alguien sentado en nuestro mejor sillón viendo la tele? ¡Uff!, temblamos de horror y si acaso..., comiendo palomitas.