Merecido homenaje

Ocurre demasiadas veces que llegamos tarde a la hora de agradecer, en vida, los servicios prestados por algunas personas. Mas, esta vez, sí se ha hecho en su momento. Me refiero al homenaje rendido a Eduardo Jiménez Torres, una persona muy conocida en la ciudad de los cerros, ya que el Club Diana de Úbeda ha organizado un sentido y sencillo homenaje como socio y fundador del Grupo parroquial “San Miguel Arcángel“ y exhermano mayor de fiesta. Lo hicieron en la Casa de Cofradías, el pasado vienes, 11 de diciembre, a las ocho de la noche y fue un completo acierto.

Tanto el presidente, Adolfo Vivancos García, como el vocal de Cultura, Antonio del Castillo Vico, expresaron magnífica y públicamente la valía y el tesón que este “cérrimo” ubetense posee, que ya acuñó en su día la famosa frase “Ubetense de Úbeda”; habiendo transitado por los distintos medios de comunicación escritos y televisivos y fundando, en el año 2000, un grupo parroquial para que el santo patrón de la ciudad, que llevaba 150 años casi olvidado y sin procesionarse (pues una antigua cofradía ubetense se extinguió), fuera nuevamente instaurado con todo el boato y la devoción que se merece, luchando durante años, como don Quijote, contra todos los elementos reales e imaginarios; pero consiguiendo su objetivo final. Y que, como todo visionario, siempre fue tildado de loco por querer sacar a san Miguel Arcángel en procesión, sin tener un duro.

Durante hora y media, se narró una historia viva, encarnada en este personaje peculiar e irrepetible de la ciudad de Úbeda, que hasta ha sido inmortalizado por el académico y Príncipe de Asturias de las Letras, Antonio Muñoz Molina, en sus novelas como Lorencito Quesada.

Finalmente, hasta el veterano saxofonista Marcos Soriano, le proporcionó su musical regalo, con la interpretación de tres melodías populares que remató con el “Himno a Úbeda”, coreado a coro por todo el público puesto en pie. ¡Merecido regalo para un personaje ilustre del pueblo llano!