¡Merçi, la France!

05 feb 2017 / 10:54 H.

Una de las actividades que figuran en los objetivos de nuestra Federación, y que se encuadrará en el programa de actos del CXXV Aniversario de la construcción de la Plaza de Toros de Baeza, que promueven el Ayuntamiento y el Círculo Taurino de Baeza, es el de celebrar un Encuentro Hispano Francés Taurino. En contactos anteriores con grupos, personas e instituciones de Arles y Nimes, quedó reflejado el interés que ambas aficiones, francesa y española, tienen por profundizar en el hermanamiento taurino contemplado en nuestros estatutos. Fruto de todo ello ha sido la invitación que Dominique Perron, Presidente de la “Unión des Clubs Taurins Paul Ricard”, nos hizo para asistir y participar en su LXII Asamblea General celebrada el sábado pasado.

Y allí que nos presentamos Manuel Torres y un servidor tras un viaje largo, pero muy interesante, que tuvo dos paradas taurinas. La primera en Castellón, para asistir a la presentación de los carteles de la Feria de la Magdalena con el presidente de la Federación Taurina de aquella provincia, y la segunda en Istres, para la presentación de los carteles de su feria del mes de junio. Nada que ver una cosa con la otra, pero lo cierto es que nos quedamos impresionados en Istres, donde 984 personas, —allí las cuentan—, ya en enero, asisten entusiasmadas a la presentación de los carteles de finales de junio. Unos carteles tan interesantes y originales como la forma de presentarlos, en la que no faltó la presencia de toreros como el Fundi, Juan Bautista o Tomás Joubert, “Tomasito”. Toda una fiesta ambientada con imágenes y música en la que también se presentaba la Agenda Taurina de Vidal Pérez Herrero, que dedica doce páginas a esa localidad francesa.

Pero nuestra meta era la Asamblea General de la Uctpr donde habíamos sido invitados por su presidente. Allí llegamos de la mano “conductora” de José Luis Calabuig, nuestro “embajador taurino” en el sur de Francia. Y más allá del éxito de nuestra misión, donde hemos conseguido compromisos importantes con esa importante entidad y con otras instituciones y personas, la impresión que Manolo y yo nos trajimos es totalmente esperanzadora. Ver unidos y reunidos a más de dos mil aficionados de todo el sur de Francia, del este y del oeste, que comparten la pasión por sus tradiciones taurinas es del todo emocionante. Representantes de más de cuatrocientas peñas francesas, en las que se agrupan alrededor de unos quince mil aficionados, celebraban su LXII Asamblea General. Toda una Fiesta de la Tauromaquia Francesa en la que no faltaba la presencia de alcaldes, concejales, periodistas, ganaderos, ya sea de toros españoles o camargueses, o de vacas landesas, como también toreros de todas clases —porque todos lo son— matadores de toros, —Juan Bautista el primero de todos—, novilleros, rejoneadores, saltadores, raseteurs o recortadores. Una presentación y entrega de premios impecable y artísticamente realizada, un entrañable presidente, excelente comunicador, y una “reina de Arles” que pone los pelos de punta con sus sentidos discursos en defensa de las tradiciones de la Camarga. No vamos a hacer ninguna comparación con actos similares en España, pero es evidente que no hay otro camino distinto al de la unión de los aficionados si se quiere que la Fiesta de los toros siga siendo eso, una Fiesta, y no un espectáculo más. Y es Fiesta aquella en la que el pueblo participa, sin elitismos ni categorías añadidas, y de la manera que cada uno la entienda. Allí, en Mejanes Domaine Paul Ricard, estaban juntos aficionados a la corrida camarguesa, o a la landesa, o a la española. Porque no hay dos tauromaquias, ni tres. Hay sólo una, que además no es española ni francesa, sino mediterránea y universal.

Gracias a los amigos de la Uctpr, a su presidente Monsieur Dominique Perron, por su amable invitación, a su secretario general, Arnaud Fesquet, así como a la propietaria Michelle Ricard y su esposo, Paco Ortiz, que conoce bien nuestra tierra porque la ha cruzado a caballo camino de la Camarga. Y gracias a los aficionados franceses por su forma de defender lo que para ellos y para nosotros es, además de arte y cultura, una manera compartida de entender la vida. Desde Jaén, tierra de toros, ¡merci, la France!