Mens sana...
La preparación de mi ponencia “No es doping, es IA” para las recientes Jornadas Nacionales de Deporte Universitario, celebradas anteayer en nuestra UJA, me ha sacado de mi zona de confort y ha recordado mi admiración hacia las universidades anglosajonas, donde los estadios ostentan la misma sacralidad que las bibliotecas. En el modelo británico o norteamericano, la identidad estudiantil se forja indisolublemente entre el intelecto y el esfuerzo físico; el remero de Oxford o el quarterback de Yale son la encarnación viva de una formación integral. Aunque nuestra tradición parte de coordenadas distantes, avanzamos por el camino correcto, que ya señalaba ayer nuestro rector, durante la presentación de la candidatura conjunta andaluza a los Campeonatos Universitarios 2026, subrayando el vínculo indisoluble que existe entre los valores del deporte y los universitarios. Que el CFID y el SAFYD (centros de Formación y de Deporte) de la UJA compartan ubicación, es señal inequívoca de que avanzamos hacia una alianza entre los libros y las canchas, entre la ciencia y el sudor. Asumimos el compromiso. Ya decía Jean-Jacques Rousseau que “para educar la inteligencia, entrena el cuerpo, hazlo robusto y sano para hacerlo sabio y razonable”.