Menos pico y más palas

Recién salimos de salvar la Navidad, y llegó Filomena cubriendo de nieve a más de media España. Una semana después, se hizo hielo la tormenta y se congelaron los cerebros de los que gobiernan en la mayoría de los territorios afectados. A la cabeza en el ranking de despropósitos y mala leche está la presidenta de la Comunidad de Madrid. De nuevo se topa esta señora con la realidad. A su pésima gestión de la pandemia, ahora otra vez desbocada y terrible, se le une la falta de personal sanitario en sus hospitales para atender a los enfermos, y la lentitud con la que se está vacunando a los primeros grupos de riesgo. A pesar de gastarse casi 200 millones de euros en un hospital de campaña sin quirófanos ni UCI, y contratar a empresas privadas para vacunar a la gente, la gobernanta madrileña sigue en su guerra particular contra Sánchez. Lleva así desde que le pusieron un micrófono delante, su frialdad y desprecio hacia los otros está siempre presente en sus intervenciones. Madrid se está pudriendo de frío, sus gestores se quejan y vuelven a graznar contra el Gobierno de España, mientras reparten sal, cubos y palas.