Más... madera

25 sep 2019 / 08:52 H.

No se puede negar que la gente es más feliz en estos días desde que sabe que hay que volver a votar. Están felices porque son conscientes de que acertaron cuando apostaron por que estos políticos nuestros no serían capaces de llegar a un acuerdo para formar un gobierno capaz de poner en buen rumbo al país. La percepción que los españoles tenemos de nuestros gobernantes es cada día más negativa, más turbia y desalentadora. Cuando por televisión vemos una panorámica de los escaños del Parlamento se nos figura que, si estuviera tomada en las cuevas del Sacromonte, encontraríamos más seriedad, más compostura y, sobre todo, más arte y más alegría. A ninguno le duele eso de tirar del presupuesto para gastarlo en unos nuevos comicios donde habrá que votar a los mismos candidatos, esos que tanta inteligencia y predisposición demostraron a la hora de negociar y pactar. En realidad, solo un nombre se añade a la lista, Íñigo Errejón, que sabe que Más Madrid no puede llegar más lejos y va a buscar Más España, más madera, pero parece que con los mismos argumentos que no dejan de recordar un “tufillo chavista”, aunque intente disimularlo y hasta negarlo. Cuando se le toma el regusto a la vida cómoda y bien pagada que ofrece la política es muy difícil renunciar a ella, así que Errejón sigue. Y esto hace que los partidos empiecen a hacer nuevas cuentas para ver cómo quedará el reparto de votos. Sobre el papel no parece complicado adivinar que el partido de Errejón quitará votos a Unidas Podemos y puede que hasta al PSOE. No es probable que reste a la derecha, por lo que las cuentas al final pueden ser las mismas o muy parecidas. Eso sí, Pedro Sánchez tiene la esperanza de que con Errejón le será más fácil llegar a un acuerdo que con Pablo Iglesias.

A todo esto, son miles de ciudadanos los que piden que no les envíen propaganda electoral y serían muchos más si se enteraran bien de lo que tienen que hacer para evitar ese aluvión de sobres que solo sirven para llenar las papeleras de casa. El discurso de cada cual lo sabemos de memoria; así le evitamos a los candidatos un gasto totalmente estéril. Es bueno colaborar a que la mayoría de los partidos puedan ir pagando lo que le debe a los bancos. Mientras tanto, hala, a votar y hasta la próxima, que si los hados no cambian ciertas mentes puede que no tarden demasiado.