Mariano José de Larra

Destacamos sus “Artículos de costumbres” que nos permite al lector ofrecer la apariencia e irracionalidad de las acciones humanas. Larra se convierte en observador agudo de los tipos madrileños y los desnuda con su humor mordaz. Retrata personajes populares con sus miserias, corruptelas, hipocresías y groserías, bajo una sociedad viciada. Su prosa aparece matizada de expresiones satíricas, mordaces, de fracturas, de interrogaciones concatenadas, de aclaraciones irónicas, resolviéndose en exclamaciones que acentúan la emoción, ya el disgusto, los dialogismos, que dinamizan lo narrado al sucederse preguntas y respuestas en boca del autor; de frases en movimiento pendular, de dubitaciones, reacomodándose en búsqueda de certeza. Rebeldía, lucidez, testimonio, allí está su escepticismo como consecuencia, en parte, de la disgregación familiar, de la carencia materna, de las dolorosas experiencias y frustraciones. Permanente inquietud que tuvo como corolario su suicidio en 1837. Larra toma partido constantemente, abriendo el párrafo con una ostentosa primera persona, utilizando frecuentemente la técnica del aparte para opinar con sarcasmo sobre un acontecimiento.