Los mayores, estorban
No hay mejor fórmula para excluir, arrinconar, marginar al fin y al cabo, a toda la población mayor de 65 años que el uso extendido de lo digital, lo virtual, en dos sectores para ellos esenciales, la banca y la sanidad. Los bancos han apostado por cerrar oficinas, incluso quitar cajeros, lo que deja a los mayores, por edad los menos preparados y acostumbrados al uso de ordenadores y la red, desamparados; eso sí, no renuncian a su dinero, a sus pensiones. Una más en la cuenta de esas entidades cuyo único objetivo parece ser la usura como línea de actuación. Y esta franja de edad, parece que nos molestasen, ha de adaptarse a un servicio de atención sanitaria en el cual lo virtual se impone a un ritmo acelerado. Atrás empieza a quedar ya la relación física médico paciente, el trato humano entre el profesional y el usuario. Con estos antecedentes podemos llegar a una conclusión bien clara, los mayores estorban, se han convertido en lastre para un sistema cada día más déspota y cruel. Desalmada, perversa sociedad que aparca a quienes todo dieron para que nosotros fuésemos.