Los listillos ladran de nuevo

Tened cuidado, los listillos se hallan al acecho. Detrás del arbusto, escondidos. Preparando su emboscada. En grupo o, mejor, en manada. Sus argumentos son pocos, pero el ladrido está bien ensayado. A la mínima de cambio por ahí andan. Pero que nadie se engañe: se conforman con el “y tú más”, y eso les basta para reforzar sus escasos razonamientos y endebles posiciones. A lo que hace mal la Junta de Andalucía pepera siempre le contraponen que el PSOE lo hacía peor, y que robaron mucho y que si el cortijo para arriba, y que si la cocaína para abajo, y las putas y los chanchullos. Los que tengan que ir a la cárcel, digo ya por adelantado, que vayan, y eso incluye a todos y a todas que hayan cometido delitos o hecho algo indebido. No hay término medio ni tibieza. Una cosa es mirar a todos con el mismo rasero, o sea, predicar, y otra ajustarse el cinturón, o sea, dar trigo. A los del PP se les da mejor predicar, y no se les puede decir nada porque, si se les critica algo, de momento saltan como el cristal cacareando “y tú más, y tú más”. Por lo que deduzco que poseen cualquier tipo de bula papal —tan de su gusto, por cierto— para hacer y deshacer a su antojo, sin que haya ningún control ni inspección, o tan siquiera supervisión. No, no. Ahora el cortijo es suyo y, como estuvieron muchos años gritando airadamente que los del PSOE tenían un cortijo, pues ahora son ellos los que mandan. Qué malos son los socialistas y qué bueno es el señorito. ¡Ay, de verdad! En cualquier caso, hiciera o no el PSOE algo indebido, ellos ahora poseen la legitimación de que, como es suyo, van a hacer lo que quieran sin que nadie rechiste. Y no se hable más... Qué malos eran los del PSOE, y qué ladrones, y qué partido más bandido, tantas décadas gobernando y robando, y qué bueno es el señorito, porque gobierna para todos y todas, para los trabajadores y para los empresarios, para los jóvenes y para los viejos, para los chicos y para los grandes, y así sucesivamente. Es el mejor, el señorito. Y nosotros, ya de paso también, somos los mejores, pues gozamos de una mayoría absoluta que aplasta cualquier disensión a la derecha de la derecha. Como por ejemplo con lo de Doñana. A ver, la explicación, según el amiguete Juanma, nuestro coleguita, es que como hay muchos acuíferos ilegales, pues conviene hacerlos legales... ¡Ole, ole y ole! Viva mi prima Felisa y su cuñado Rigoberto, que esta vez sí que lo hemos arreglado de un plumazo. Digamos también: como la cocaína es ilegal, pues la hacemos legal, y así nos quitamos el problema del narcotráfico de encima. ¿Verdad? Así sea con los acuíferos. ¡Pero oigan! Que estamos hablando de la mayor reserva ecológica —flora y fauna— de Europa, ¿dónde vamos a parar? Despropósitos así son los criterios de esta Junta de Andalucía disparatada que nos hace ver lo blanco negro, dedicándose a tapar las vergüenzas con sus chalecos acolchados y sus palabritas envueltas en márquetin. Porque una cosa sí, de márquetin y de propaganda saben como nadie. Y cuando no, ahí mandan a sus perros de presa, ladrando de nuevo y a la carga, con el colmillo afilado, enrabietados y babeando, con espuma en los hocicos y dispuestos a morder. Los listillos del bar, agazapados. O en las redes sociales. Con el collar de pinchos y al acecho. Porque digas lo que digas o hagas lo que hagas, siempre responden: “Y tú más, y tú más”.