Los influencers

30 ago 2022 / 16:00 H.
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Este verano he observado una realidad que me hecho reflexionar sobre muchas cosas y especialmente sobre la comunicación y nuestros patrones de comportamiento social. Me refiero al fenómeno de los infuencers, estas personas que tienen intención o capacidad de influir sobre otras a través de las redes sociales. En un inicio, estos personajes eran creadores de contenidos digitales y normalmente trataban de venderte o aconsejarte algunos productos o servicios en la red. Pero la evolución ha ido por otros derroteros, porque al parecer todo el mundo lleva su pequeño influencer o deseo de “ser famoso” dentro de sí, hasta el punto de convertirse en una tendencia del comportamiento social, que no se si sería muy atrevido por mi parte de calificar como “fenómeno de masas”. La tendencia mueve no sólo a los más jóvenes, sino a todas las generaciones, incluidos menores de edad (no sabemos si con control parental).

Mi asombro ha sido comprobar que este comportamiento social global, se repite en cada pueblo o ciudad. En todos los rincones de España encontramos nuestros vecinos influencer, que dedican una importante parte de su tiempo en contarnos lo que comen, beben, visten y hacen a diario. Es decir, tenemos influencers de diferentes niveles, por un lado están los megainfluencers como Cristiano Ronaldo, con millones de seguidores, y por otro los nacionales e incluso locales. Todo el mundo compite en su microcosmos para intentar ser influencer en su entorno. En España hay casi 150.000 creadores de contenidos digitales profesionales y más de 20.000 infuencers con seguidores que superan las 100.000 personas, según el análisis de la agencia digital 2btube. Algunos están especializados en temas concretos y otros simplemente te muestran su vida en directo a través de las diferentes redes, Youtube, Twitch, Instragram, TikTok, etcétera.

Algún periodista se lamentaba estos días de una sociedad donde da igual lo que hayas estudiado para ser una buena profesional y hacer bien tu trabajo, porque para vivir bien y ganar dinero sólo bastaba con ser influencer, hasta el punto de que algunos padres ya enseñaban a sus hijos pequeños a seguir estos pasos. De tal modo que la expectativa de ser rico y famoso no se asocia ya sólo a ser futbolistas sino ahora a ser influencer. ¿Será esta una profesión en el futuro realmente?, personalmente espero que no, pero de momento, encontramos ya a algunas agencias e institucione de marketing ofreciendo formación y estrategias para ganarse la vida de esta manera. A partir de 10.000 seguidores en instagram, por ejemplo, ya puedes contar con empresas patrocinadoras de tus contenidos. Decía uno de nuestros clásicos en sociología que lo importante no es tener poder, sino que los otros crean que tienes poder. Podríamos decir que en este ecosistema de influencers, lo determinantes no es que tu vida inspire a otros, sino que la vida virtual que te has creado sea capaz de hacer que otros te sigan. Todo un dislate de comportamiento social en mi humilde opinión. ¿Os imagináis en cambio un mundo donde dejáramos de perder el tiempo en conocer las chorradas y aspectos vanales de la vida de estos miles de influencers famosos, y empezáramos a seguir y aprender de nuestros mejores filósofos, científicos, escritores, intelectuales en definitiva?. Cuanto bien haría que todas estas personas sabias y humanistas se convirtieran en nuestros mayores influencers.

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