Los iluminados

25 ago 2020 / 16:25 H.
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Falta intuición. “Desde que hay móviles con cámara ya no hay apariciones marianas”, afirma con ironía la periodista Nieves Concostrina. No sabemos si es debido a la naturaleza del fenómeno o bien a que nuestro cerebro está diseñado para tener que creer en algo, pudiendo ver lo que queremos ver. Es resultado de la distorsión cognitiva en la que caemos. Solo nos asegurarnos de que estamos en la verdad haciendo que los demás den credibilidad a lo que creemos ver. Si te lo dice alguien con una ropa raída y sucia, rápidamente piensas que sufre enfermedad mental. Si te lo dice alguien que ves en la tele o en las redes, seguida por muchas personas, le das credibilidad sin analizar. Han estado siempre ahí, solo que ahora se mueven en otros espacios y temas donde se creen imprescindibles para guiar a las personas. Son los iluminados. Personas que creen haber sido dotadas por la naturaleza con una capacidad única para ver la realidad. Su percepción es la verdad. Subir a un escenario, hablar diariamente desde el atril a un auditorio lleno de personas o que te sigan las cámaras, te hace creer que eres importante y que lo que piensas es la verdad en tanto te escuchan sin replicar. Quedas seducido por ti mismo, caes en el narcisismo mesiánico. Especialistas en buscar las respuestas adecuadas para fomentar preguntas necesarias que distraigan la atención desde el discurso de la duda. Fue el caso de Paco Raban en 1999 o Miguel Bosé este verano. No deja de ser apariencia de conocimiento, pseudociencia. Es creer que bebes vino cuando el contenido de la botella es agua. No hay conocimiento sin ciencia. El resultado de todos los casos como los aludidos, es la ingenuidad de los ignorantes seguidores creedores de una supuesta verdad no reflexionada. Es fruto de juzgar que la ficción es un modo de explicar la realidad, sin más. Una distorsión de la realidad por no desarrollar la capacidad crítica fundamentada desde la diversidad de conceptos. “Las hipótesis, en cuanto intentos de respuesta, son necesarias para servir de guía a la investigación científica”. Afirma Hempel. Sin comprobación no hay evidencia real, ni respuesta científica a lo que nos pasa. Es la pregunta buscada ayer en editoriales de noticiarios y redes. Gestionar es saber priorizar los recursos a las necesidades inmediatas. Aparcar deseos previos a la catástrofe. No justifiquen la gestión desde el victimismo haciendo responsable de sus fallos al poder central o la descentralización. Hay que buscar la solución en el bien común. Una pandemia es un suceso colectivo y solo desde ahí se puede superar. No necesitamos iluminados sino tener “más luces”. Políticos que no se comporten como el grupo de amigos delante de la barra realizando amagos de que pagan la ronda, forzando que sea el otro quien ponga el dinero visiblemente encima y diga, pago yo. Esta es la relación entre los presidentes de las autonomías y el gobierno central. No quieren entender que todos son corresponsables del avance de España y la solución a esta pandemia. Lo que la ciudadanía les requiere es tener la voluntad del acuerdo y el cogobierno leal, no el reproche como responsables de la falta de coordinación y la convergencia de sistemas de su gestión. ¿Son ignorantes o encubren otros intereses de lobbies ajenos a quienes les votaron? Habrá que buscar las preguntas correctas para encontrar las respuestas. No se distraigan.

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