Los dos buzones

    16 mar 2020 / 16:26 H.
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    Desgraciadamente el tema de este artículo estaría servido en bandeja, sin embargo no pienso dejar de manifestar lo que pienso desde siempre. No comprendo a las personas que manifiestan continuamente su descontento con el trato que les tiene el personal sanitario. No comprendo ni comprenderé jamás el desagradecimiento cuando tantos medios están a su disposición para que recobren la salud. No comprendo las vidas en modo queja ni a las personas que no saben valorar tanto bueno como tienen a su servicio. No comprendo y me parece imperdonable. He manifestado en multitud de ocasiones que solo me arrodillaría ante un sacerdote y ante un médico. Parecerá extraño, pero es sencillamente así; cuestión de opiniones. Como creyente se entiende por una parte y como persona que valora la salud como algo fundamental, por la otra. No quiero en mi vida ídolos de barro. El barro se puede enmascarar de mil maneras, pero se seguirá rompiendo a las primeras de cambio. Por eso quiero pedir desde aquí que tengamos un buzón en el que exponer nuestras quejas, pero que haya uno más grande donde podamos dar las gracias. Y ahora toca recordar a quienes exponen su salud para que los demás conservemos la nuestra.

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