Los “cake eaters”

Aveces nos despertamos con algún nuevo barbarismo incorporado a nuestro idioma definiendo una situación o comportamiento como si fuera algo novedoso. Esta vez le corresponde a los denominados “cake eaters” o comedores de pasteles o, en nuestro idioma, los que comen en su pesebre y en el ajeno o, de otra forma, los amantes de poner cuernos a sus parejas. Tan viejo como la vida misma sin necesidad de acudir a anglicismos de ninguna clase. Un estudio hecho a escala nacional en España por la empresa Sigma reveló que el 26,6% de los españoles ha sido infiel alguna vez, a pesar de que el 84,7% prioriza la fidelidad en sus relaciones. Asimismo, uno de cada cuatro encuestados estaría dispuesto a perdonar una infidelidad. En este contexto, es donde entran en juego los “cake eaters”, las personas que deciden estar dentro de una relación monógama, pero les gusta “ampliar sus experiencias”. Y no, no es que lo hagan por accidente; son reincidentes y premeditados. Lo que la encuesta no aclara es porqué ocurre eso tanto con hombres como con mujeres, cada vez más liberadas. ¿La rutina y la seguridad atenúan la pasión y suavizan el compromiso matrimonial? No necesitaríamos acudir a palabrotas como binarios, agéneros, bigéneros, fluidos, pangéneros, cisgénero y otras, para justificarlo.