Llegaron las lluvias

Parece que los cielos escucharon nuestras súplicas y esta pasada semana ha llovido. ¡Aleluya, Aleluya siempre! No mucho; pero sí lo suficiente para aplacar un poco la sed de los campos. Bendita y deseada esta lluvia que nos ha burlado un invierno que en nada se obedece con su nombre. Ha sido toda una mueca macabra la que nos ha deparado esta estación. La lluvia, este bien divino para la tierra como para el hombre: Agua y aire, imprescindibles para la vida de los seres humanos vivos y demás criaturas que pueblan la tierra. Este hermoso planeta que algunos obtusos poderosos parecen estar empeñados en destruir. Necesitamos el agua para seguir viviendo. Lástima que la lluvia se vuelva tan esquiva y reticente con nosotros. En Jaén y toda su extensa provincia tan eminentemente agrícola y ganadera es siempre bien recibida y deseada. Esperemos que continúe la buena racha un poquito más. Lo que sí es una buena noticia, el que haya caído en primavera. El agua en estas fechas remedia mucho al olivar. “ Las lluvias en primavera a las cosecha la hace buenas” Esta frase se la he oído más de una vez a mi suegro Juan Pedro Abolafia, bastante popular entre los cortijeros jiennenses. Esos hombre sabios, que captan y barruntan los procesos que la Naturaleza va dejando caer para no engañar al hombre.