Llegar a la meta
Creo que, a Jaén, lo de comenzar el año con una carrera como la San Antón le sienta bastante bien por todo lo que significa el correr hacia una meta. Nuestra San Antón es internacional y, poco a poco, vamos situando a Jaén en el lugar que se merece, aunque todavía quede mucho por hacer. Todos somos corredores en ese maratón nuestro de cada día, y el dorsal que llevemos, debe representarnos, para bien o para mal. En esa marcha hacia la meta, nos encontramos con diferentes retos que debemos superar. Así es la vida. ¿Todo sucede por algo? No lo sé, pero lo que está claro es que, al llegar a esa ansiada meta, ganemos o no, nos sentimos libres. Participar es lo importante, como se suele decir, y hay que disfrutar también del trayecto, como de la vida, a pesar de los pesares, que “Dios aprieta, pero no ahoga”. Y si hay que parar un poquito, se para. Hay carreras que son más complicadas que otras. A la vida le sucede igual. Parece que se ceba más con algunas personas que con otras. Sea como fuere, llegar a la meta y descansar después al calor de una buena lumbre es lo que nos pide el cuerpo, que un día nos pedirá otro tipo de descanso. Mientras tanto, sigamos en el trayecto, que el final de la carrera ya nos llegará.