Liberalizar como cebo

    18 jun 2018 / 09:53 H.

    Aún recuerdo la letanía aquella que nos decía: “con la liberación de los mercados energéticos, llegará la competencia”. Nos tomaron el pelo de forma tan miserable que escuece. Fue una mera fórmula para dar a las empresas un cheque en blanco donde el todo vale es el aval. Basta con darse una vuelta por gasolineras de varias marcas para comprobar la burla. Y no solo no llegó la competencia, se abrió, de par en par, la puerta a la destrucción de empleo. Aprovechando lo moderno que era eso de liberalizar, llegaron las estaciones de servicio de auto repostaje, incluso de auto pago. A lo Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como, llega uno, se suministra y a otra cosa mariposa; de los seis empleados de media pasamos a dos, o tres en el mejor de los casos. Cuesta entender como podemos llegar a estar tan confundidos y no revelarnos contra prácticas donde podríamos intervenir en aras de evitarlas. Hemos sido presa de una estrategia maquiavélica, caímos en la sutil trampa del sistema, ese que sugería que liberalizar era moderno, pero no reparamos en algo, ahora somos menos libres.