Las marañas de la mente

Ver comentarios

La mente es prodigiosa. Nos repite que seamos confiados y que seremos felices. Esto tiene su nombre: fe; el miedo al contagio después de tantos vacunados es un soplo de oxígeno. Lo necesitamos, nos mentimos a sí mismos porque los seres humanos nos hacemos películas para desechar tensiones y miedos. No se entiende que volvamos de golpe a la vida que vivimos antes de la pandemia. La vida no será ya igual. Nos llegó el virus por sorpresa. Éramos felices con nuestros claros y oscuros y ahora le damos su justo valor. Irrumpía un virus que nos encerró de largo y forzoso y lo hemos padecido resignados. En nuestras casas ha enmarañado muchos cerebros, muchas mentes débiles se han resentido de ansiedad y desequilibrado posturas hasta confundirlas. Las alarmas se han disparado y ha surgido la luz opaca que ahora nos ocupa. No es buena la soledad. La segunda parte ha llegado y puedo asegurar que no es nada tranquilizadora. Hay infinidad de personas con depresión y suben como la espuma las visitas al psicólogo. Niños con miedos, temores nocturnos... Todo lo malo rebota, deja un reguero de estropicios y se encienden muchas alarmas que estaban quietas en lo más profundo del ser.

Articulistas