Las injusticias

Palabra que da el nombre a un ejercicio que es contrario a la acción de la justicia. Injusticia, hecho terrible para quien la sufre, nada más. Aunque la empatía de observar, presenciar o tener la consciencia de estar viviendo una injusticia también provoca la exclamación de: ¡Esto es una injusticia! Y lo peor de todo es que los ajusticiados siempre son los mismos, los pobres que no tienen donde caerse muertos, los señalados con el dedo, los “buscavidas”, los luchadores de a pie, los que buscan día a día un atisbo de luz, una excusa para engañar a la muerte y vivir otro día más. Pero los pudientes, los que nos manejan, siempre salen indemnes de la justicia, ellos son impermeables, no les afecta, esa palabra les es desconocida en su diccionario. O quizás, llegan a aprenderla utilizándola cuando no pueden seguir robando a niveles estratosféricos. Y luego dicen que la justicia es igual para todos. ¿Cómo se atreven? Algo incierto a día de hoy. Y a pesar de que en los colegios se fomente la solidaridad inculcándola desde pequeños con juegos, actos y frases bonitas, cuando esos niños y niñas van creciendo la realidad les arranca el antifaz de colores mostrándole algo desolador: la injusticia.