La vigencia de Arniches

17 ago 2019 / 11:24 H.

De Carlos Arniches dicen las enciclopedias que escribió “comedias ágiles y divertidas”. Carlos Arniches (1866-1943) tuvo un éxito sensacional en su tiempo con su teatro, escribió decenas de obras, y ahora se le sigue representando en medio del generalizado favor del público. Arniches, además, ha tenido una tremenda influencia en otros dramaturgos. Entre ellos, Alonso de Santos, que despuntó a principios de los 80 con obras como “La estanquera de Vallecas” o “Bajarse al moro”, que llevaban música de sainete dentro. O Chatono Contreras, un dramaturgo de los 90, completamente olvidado ya, que escribió piezas costumbristas y castizas como “Madrid, Madriz, Madrí”, muy estilo Arniches. Y la influencia de Arniches resulta evidente en varias series de televisión actuales de gran éxito.

Carlos Arniches estrenó en 1917 “La venganza de la Petra”, que ahora ha recuperado la Compañía Lírica Ibérica, con gracia, arte y acierto. Manolo, personaje interpretado acertadamente por Luis Ángel Gago, es un joven machista, vago, iletrado y chulito, que se casa con la hermosísima Petra —Carla Postigo—, “pero no le da la exclusividad”, de modo que cuando su mujer le pregunta que dónde ha pasado la noche, porque no ha aparecido por casa, el figura responde que “donde me ha convenío”, y Petra tiene la certeza de que ha sido en compañía de una frívola apodada “La Percebe”. Porque Manolo considera que Petra simplemente es “casi una mujer”. Y ella se lamentará ante sus padres: “Dice Manolo que lo único que sé freír es freírle la sangre”. De modo que Nicomedes, el padre de la chica, personaje interpretado por un colosal José Luis Gago, que es un maestro en la forma de colocar las frases, decide urdir una venganza fundamentada en el donde las dan las toman. Y Petra simulará haber entrado abiertamente en el universo del coqueteo extraconyugal y se ausenta sospechosamente cada día durante horas de casa, y la estancia se llena de olor a tabaco, que deja allí, con las correspondientes colillas, Nicanora, madre de la chica, no sin reprimirse de exclamar ante la repugnancia que le produce el sabor del tabaco: “Parece mentira que haya mujeres que fumen de buena fe”. Natalia Jara —Nicanora— es una sensacional actriz que puede bordar un Arniches o dirigir obras de teatro infantil en la legendaria sala Sampol. Natalia Jara actúa con arte y talento.

Y ahí están esos personajes de perfil zarzuelero que son reflejo de las costumbres de una época. “Está visto que en esta casa no se puede dormir arriba de las 10 ó 12 horas”, se lamentará Nicomedes. José Luis Gago, que también ha dirigido la función, en el Teatro Amaya de Madrid, ha conectado la obra con las comedias de enredos de los clásicos, de modo que esa casa delMadrid/madriles arnichesco tiene algo, por ejemplo, de la “Casa con dos puertas mala es de guardar”, de Calderón. Y, sobre todo, José Luis Gago ha abordado la obra desde un respeto total al texto de Arniches: en la letra, en el vestuario y en la forma. Y logra que los personajes estén vivos. Supone, pues, un gozo ver ‘La venganza de la Petra’. Y cómo el crápula Manolo entiende finalmente que vivir es claudicar. Y comprobar, una vez más, el feminismo latente en esta obra, como en “Es mi hombre”, o como en tantas otras de este autor perteneciente a la Generación del 98, Carlos Arniches, que fue un grande, nunca un dramaturgo más.