La vida no es un Carnaval

    12 feb 2020 / 08:48 H.
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    En Jaén, cincuenta personas duermen a diario en la calle. En España, la mitad está enfrentada con la otra mitad por cuestiones de nacionalismos, en pleno siglo XXI. En el mundo, la gente está alerta por una especie de gripe que dicen, viene de China. En algunos países, la mutilación genital a las niñas sigue siendo práctica habitual. En Estados Unidos, Trump quiere hacer aún más grande su muro para separar a unos de otros. En España siguen muriendo mujeres a manos de los hombres y, lo peor de todo, pareciendo ya algo habitual. En el mundo, 8.500 niños mueren a diario por desnutrición. Decía Celia Cruz en uno de sus temas que la vida era un Carnaval. Ojalá lo fuera. La vida debería ser un Carnaval de alegría y buenos momentos, pero todos sabemos que eso es utópico. Al menos, deberíamos procurar que nuestro día a día fuera lo más parecido a un Carnaval, con alegría, con música, con humor. Luego nos indignamos porque los jóvenes han hecho del grito “¡Estefanía!” algo popular. Con lo que hay para indignarse y con lo que hay para divertirse.

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