La teoría del cisne negro

    13 may 2025 / 08:58 H.
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    Cantaba Chavela Vargas: “Yo siento resbalar sobre mi triste faz, tu mano de azucena/ Que alivia mis penas, con tu amor/ Igual que acaricia las aguas de cristal, un cisne/ Cisne blanco, de ilusión”. También Basilio le dedicó una canción al cisne, cuyo estribillo decía: “Cisne cuello negro/ Cisne cuello blanco/ Que se van hiriendo/ Que se van besando/ Alegría y llanto”. Durante estos últimos días, en concreto, a partir del 28 de abril con el Gran Apagón, se ha vuelto a “sacar a la palestra” al cisne, aunque en esta ocasión no se trataba de uno blanco, sino de un cisne negro. Al rememorar esta ave, de la familia “Anatidae”, junto a los patos y los gansos, entre otros, he recuperado de mi memoria y de mis archivos la “Teoría del cisne negro”.

    Esta teoría fue creada por el investigador, ensayista y filósofo libanés Nassim Nicholas Taleb en su libro “El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable”. Con este concepto Taleb describe acontecimientos raros e impredecibles que tienen un gran impacto socioeconómico. Como nos recuerda Alberto Matellán, economista jefe de Mapfre Inversión, el nombre cisne negro, usado en estas ocasiones, proviene de un hecho histórico acontecido en el siglo XVII. En aquel momento, los europeos tan solo conocían los cisnes blancos, pero en las expediciones de exploración en tierras australianas descubrieron los primeros cisnes negros, una variedad que hasta ese momento era considerada inexistente. En definitiva, esta teoría sostiene que existen hechos imprevistos e, incluso, desconocidos, que pueden tener consecuencias significativas a nivel social, político y económico y, por lo tanto, deben ser considerados en la toma de decisiones.

    Según el creador de esta teoría, para que un acontecimiento pueda denominarse cisne negro tiene que tener las siguientes propiedades: a) Que sea inesperado, es decir, que se trate de un hecho a priori improbable, para el que no hay ninguna evidencia de que vaya a suceder y que, consiguientemente, es una sorpresa para los analistas y para el mercado; b) Que tenga un gran impacto y pueda afectar de forma importante a la economía y c) Que se caracterice por tener predictibilidad retrospectiva, es decir, que una vez que ha sucedido, y solo entonces, se dan evidencias de que dicho hecho se podía haber evitado.

    Durante los 25 años transcurridos del siglo XXI son ya numerosos los cisnes negros que viene soportando la economía mundial: 1) El 11 de septiembre de 2001 el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York tuvo un gran impacto político y económico, sin que fuera anticipado por nadie; 2) La crisis financiera global de 2008, que pilló a muchos expertos por sorpresa; 3) La pandemia de la Covid-19, que surgió de forma repentina y que causó enormes perjuicios a la economía global; 4) La invasión rusa de Ucrania, con repercusiones económicas, particularmente inflacionistas, de alto impacto; 5) ¿El Gran Apagón?

    No, no creo que se pueda hablar, ni se deba, de cisne negro como consecuencia de las horas en que en España y Portugal estuvimos sin fluido eléctrico el 28 de abril. No obstante, son diversos los analistas que desde el primer momento se lanzaron a hacer especulaciones sobre el impacto y las pérdidas derivadas del mismo. Así, el profesor Manuel Hidalgo, de la Universidad Pablo de Olavide, cifra en 1.000 millones de euros las pérdidas generadas en las horas que estuvimos sin luz. Desde BBVA Research se estima que el apagón restará entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales al PIB de abril. La CEOE hace un cálculo de 0,1 puntos del PIB, lo que representaría 1.500 millones de euros, con especial incidencia en los autónomos. Incluso, el periodista Francisco Gaitán, de Diario JAÉN, llegó a evaluar en 8,7 millones de euros las pérdidas generadas en la provincia.

    Nos gustan los cisnes negros, nos gusta dibujar negros panoramas, pero no, creo que en esta ocasión España ha estado a la altura del país avanzado que somos y se resolvió rápidamente el incidente. Otra cosa serán las causas que lo originaron y sus responsabilidades, así como las medidas que se hayan de adoptar para evitar su repetición.

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