La serie cruel

Emiten, desde hace tiempo, en la tele, una serie terrible. A veces no puedo evitar ver algunas imágenes. Pero siempre que puedo, miro para otro lado. Y no es que yo sea muy sensible, sino que el contenido es demasiado gore. A pesar de que tiene un bajo índice de audiencia los productores se empeñan en seguir creando nuevos capítulos. Se trata de una superproducción en la que han invertido muchísimos millones de dólares para crear unos efectos de devastación muy realistas.

La serie se llama “Palestina”, y la suelen echar en los informativos de casi todos los canales. La trama es muy sencilla, pero tiene un reparto espectacular, con millones de extras y de figurantes.
La empezaron a vender como una serie de carácter bélico, pero existe una desproporción tan exagerada entre las fuerzas de los distintos contendientes, que resulta ridícula esa etiqueta, y algunos consideran más apropiado el adscribirla al género de “masacres indiscriminadas”. Además, la historia que nos narran tiene algunos giros especialmente crueles, en los que se ejerce una violencia insoportable incluso hacia niños indefensos.

Es una serie espeluznante. A mí me gustaría que la quitaran de la programación porque es muy desagradable de ver. Sin embargo los guionistas no dejan de crear nuevas tramas, y los críticos extranjeros, lejos de hacerles entrar en razón, les dan el visto bueno, por muy retorcidos y sangrientos que sean los hechos que nos cuentan. Y aunque algunos comentaristas expresan leves reproches y recomendaciones, la espiral de violencia no deja de incrementarse llegando a extremos inauditos. No sé hasta dónde puede llegar tanta truculencia. Debería estar prohibido hacer programas así. Aunque parece ser que se trata de un remake de series anteriores. Y a pesar de que los guionistas se empeñen en enmascarar la realidad, no pueden evitar que corra de boca en boca el título “genocidio”. Pero los creadores no lo quieren admitir, imagino que pretenderán ir de “originales”. O tal vez sea por motivos legales. Sí, eso debe de ser. Ya se sabe que en este tipo de situaciones la justicia universal es implacable, y los guionistas de estas obras, tal vez nieguen haber copiado tramas genocidas anteriores porque seguramente... se exponen... a renunciar a sus derechos de autor.

El caso es que los responsables, por algún motivo, se sienten inmunes, y continúan erre que erre, aumentando la crueldad de cada uno de los capítulos. Para ellos no es suficiente con destruir hogares y con el desplazamiento forzoso de la población. El dramatismo del guion llega a extremos insoportables cuando se despoja de medios de subsistencia a millones de personas y se convierte un país entero en un gigantesco campo de prisioneros, utilizando el desabastecimiento y el hambre como estrategia de guerra y provocando caos y desnutrición. Resulta pavoroso contemplar
el maltrato desproporcionado que se ejerce sobre familias indefensas y niños exhaustos y famélicos.

Y nos vemos avocados a presenciar, impotentes, la serie, intuyendo el terrible desenlace. Aunque yo creo que deberíamos de reaccionar, y hacer algo radical, como por ejemplo poner un “me enfada” en redes sociales, y así Europa y las potencias occidentales acabarán por no permitir que semejante salvajada se continúe... ¡emitiendo en directo!