La novia de cristal

    05 jun 2021 / 17:01 H.
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    Chateaubriand denominaba de esta manera a la ciudad de la Alhambra. Esa ciudad, que todo el que la ve quiere volver a visitarla, es una referencia para todos los que la catamos, después la saboreamos y alargamos deliberadamente nuestra estancia allí. Para muchos de nosotros Granada era como Nueva York, pero con un añadido, la malafollá granaína, que no es otra cosa que la expresión certera de su genuino humor, ácido, visionario y auténtico. La novia de cristal es el título del primer trabajo discográfico de Alicia Morales, una cantaora por derecho que se mueve como pez en el agua entre la tradición y la modernidad, ese binomio tan cacareado pero tan poco conseguido por la mayoría de los picatostes de la llamada fusión, que acaba siendo normalmente confusión y ramplonería. Digna heredera de la escuela de Enrique Morente: “el que quiera crecer tiene que seguir aprendiendo con humildad y perseverancia”, anoche nos dejó atónitos en el restaurante del Club Náutico Guadalmena de la mano de la Asociación Flamenca Sierra de Segura, porque “el flamenco es una música viva para gente abierta de cabeza, la base es coger el cante y llevarlo al presente”.

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