La música y la salud
La neurocientífica Laurel Trainor ha demostrado que el embrión percibe el ritmo cardíaco de la madre. Parece ser que el sentido del ritmo y la música son características esenciales de la humanidad. Platón parecía saberlo y propuso que al soldado se le educara mediante el ejercicio físico y la música. Neurocientíficos, como Robert Zatorre o Thomas Fritz, han demostrado, respectivamente: que la música activa el sistema cerebral de motivación y recompensa y, sus efectos dopantes en el deporte: disminuye la sensación de fatiga, reduce la tensión muscular y logra una oxigenación más eficaz. Recientes investigaciones confirman, mediante experimentos y resonancias magnéticas, otros asombrosos poderes de la música: reduce el nivel de ansiedad; disminuye la percepción del dolor; ralentiza la pérdida de memoria; mejora el aprendizaje del lenguaje; facilita las relaciones humanas; desencadena emociones positivas que contribuyen a mantener la salud mental... Sí, pongamos música en nuestras vidas... Pero sin ripios ni prosaísmos. ¡Que sea de calidad!