La mujer crece

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Hay que romper una lanza por ellas. Mujeres escritoras que lo dan todo cuando escriben. Este 2022 ha sido suyo, año femenino por excelencia, copado por escritoras de fuste. Mujeres que dicen y sorprenden por su elocuencia al escribir. El Nobel de Literatura ha recaído en la francesa Annie Ernaux, por su agudeza y claridad al escribir. También el codiciado Premio Planeta ha tenido dos mujeres ganadoras: Luz Gabas por su obra “Lejos de Luisiana”. Por el otro, Cristina Campo ha sido finalista con su “Historias de mujeres casadas”. Grandes triunfos para grandes mujeres que saben transmitir. Brillantes todas ellas, por haber rebasado esa línea tan sutil donde se limita lo excelso de lo vulgar. Lo bien tramado de lo insípido e insustancial. Así, para que brille siempre lo bien hecho. Un largo etcétera que lo cubre todo de gloria por tener el don de saber hilar. Todo un lujo para ellas. Lo difícil es llegar. Son los galardones literarios más codiciados. Planeta, con su millón de euros que revive al escritor más apagado en locuaz, y al más chispeante en sensato y ecuánime. Todos son vueltas de hojas por la complacencia hacia un lector al que hay que rendirle un respeto sagrado y, cómo no, la debida pleitesía por leernos.

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