La Magna, magnífica
Hace unos días con la Magna me sorprendía y emocionaba como los jiennenses movidos por la fe, nuestra cultura patrimonial y tradiciones, uníamos nuestras almas para arropar a estas veneradas imágenes llegadas desde todas las comarcas de la provincia, y me impresionó muy gratamente la organización y coordinación en su desarrollo salvando todo un reto logístico y de seguridad sin precedentes que garantizó una jornada sin incidentes, e irrepetible, que quedará en la memoria de los miles de fieles llegados de todos los rincones para vivir y formar parte de este momento histórico. Salvando esto, también tengo una queja principal: Jesús, nuestro “Abuelo” no caminó con su típico paso, ése que le lleva como si flotara mientras bendice a su pueblo; solo el silencio, roto por los vivas, y no su himno que a todos nos encoge el alma lo acompañó; fue arropado como siempre por sus hijos, pero a mí me pareció que su rostro no demostraba esa alegría de pasear y reencontrarse con su pueblo. Y me pregunto: ¿por qué la Capilla si fue acompañada por el himno de Jaén? No lo veo lógico ni justo. Otra queja, el incivismo de la gente que a pesar de su saber estar durante el acto dejó su rastro de suciedad en las calles que antes lucían engalanadas para tal acontecimiento.