La juventud da un paso al frente

Francisco Reyes Martínez ha sido aclamado de nuevo secretario general de los socialistas jiennenses, cargo al que llegó como mano derecha de Gaspar Zarrías en 2010 y en el que se ha afianzado de forma efectiva a golpe de sentido común y alianzas estratégicas. Del pacto del Río Chico, que tumbó para los siglos el pulso con Sevilla y la dirección regional (verbalizada en el Congreso de Almería de 2012 hasta extremos insospechados) al 14 Congreso Provincial de ayer, al que llegó sin contestación interna al arrollar en las primarias a los sanchistas Bermúdez y Manzaneda. Siete años de largo recorrido, incluidas desazones judiciales con su mentor y amigo. Y al fondo, la soledad, que Francisco Reyes es una persona tremendamente cercana por la que pasa todo, absolutamente todo lo que se cuece en Jaén, incluso más que con Zarrías, por lo que algunas decisiones le deparan largos momentos de efectiva soledad. Qué nos deparará el futuro nadie lo sabe, pero sí hay trazas que marcan tanto el devenir político como el personal y en ambas, Reyes ha visto cómo se fundían en una en el reciente episodio de Ibiza con un susto importante para su cuerpo cuando trabajaba para la Federación Española de Municipios y Provincias. Desde entonces la persigue como siempre, pero delega actualidad y compromiso en su ‘guardia de corps’, la misma de siempre en Diputación, con algunos ajustes subrayables y llamativos y nueva en el partido, novísima, desde que en el Salón Activa del IFEJA, en plena Feria de San Lucas, haya encomendado los próximos años, los nuevos mensajes y la estructura acorde a los tiempos a la juventud socialista. Forjada y ahormada en el seno del PSOE de Jaén, con estilo propio y donde cada quien cuida y mima su baldosa como ley de vida, los jóvenes del partido ya tienen responsabilidad política e institucional y les faltaba la orgánica. A ellos corresponde, de la mano de alguien que nunca se la negó, construir los puentes para que la sociedad de Jaén siga confiando en los socialistas y anclar la Diputación ante la llegada con estruendo de Podemos y frente a un PP tan dividido como desconcertado.