¿La Fiscalía de quién depende?
La centenaria Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882 en su exposición de motivos ya apuntaba a la encomienda al Fiscal de la instrucción para culminar el principio acusatorio. Desde entonces, la vieja norma ha recibido más de ochenta modificaciones. Ya en este siglo XXI, por otros motivos, se pretende atribuir la iniciativa e investigación al Ministerio Público. El principio de jerarquía que preside esa institución no siempre se entendió igual; para el legislador del XIX, jueces y fiscales eran esencialmente independientes e integraban la misma carrera y así lo ha sido mucho tiempo. Hoy, sustraer la instrucción al juez constituye un grave riesgo no solo por la independencia sino también por la garantía del enjuiciamiento de los delitos. Con el Sr. García Ortiz ya sentado en el banquillo y algunos políticos investigados, cambiar las reglas procesales no parece lo más acertado. Legislar en esta materia es delicado, requiere sosiego, estudio, técnica —la Comisión General de Codificación— y los informes preceptivos. No se dan las circunstancias, ni hay un consenso mínimo; de este modo el proyecto sorprende por inoportuno. Recuerden a Sánchez en 2019: “La Fiscalía, ¿de quién depende? Pues ya está”.