La doma de la braveza

    29 feb 2016 / 16:36 H.

    El caso de Rita Maestre es otro modo más de la sutil doma de la braveza femenina en política. El juicio al que se la está sometiendo, es un ejemplo de que el modelo aun siendo antiguo sigue funcionando perfectamente. Recordemos el cuento del Conde Lucanor, en el que el marido que se casa con una mujer brava. Lo que no le han contado en su casa, se lo cuenta el marido la misma noche de bodas. A la hora de la cena y una vez sentado a la mesa y dice: “señor perro, servirme la cena”, como el perro no se mueve, coge la espada y destroza al perro. Se sienta de nuevo y dice: “señor caballo servirme la cena” el caballo tampoco obedece y el marido con su espada destroza el caballo, allí mismo. A la mesa de nuevo y con la habitación ensangrentada dice con la mejor de las sonrisas: “mujer parece que nadie quiere ponerme la cena”. No hace falta mas, la imagen desvalida de la señora Maestre en una sala donde la intolerancia, la fuerza y la manipulación de un debate, que no es religioso sino político, se impone es muy didáctica y aleccionadora para muchas jóvenes que quieran iniciarse de un modo bravo en política.