La diversidad generacional

24 sep 2025 / 08:29 H.
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El debate sobre las generaciones suele presentarse bajo una óptica de confrontación: jóvenes frente a mayores, innovación frente a tradición, cambio frente a inmovilismo. Los discursos públicos y mediáticos tienden a simplificar en etiquetas —“baby boomers”, “millennials”, “generación Z”—, generando estereotipos que acentúan las diferencias y alimentan la idea de un conflicto permanente. Sin embargo, la realidad es mucho más rica: la diversidad generacional no solo no es un obstáculo, sino que constituye una oportunidad extraordinaria de aprendizaje mutuo, innovación y cohesión social. Es recurrente comparar el bienestar de los mayores y la precariedad de los jóvenes como si ambas realidades fueran vasos comunicantes. Pareciera que el problema de los jóvenes son las pensiones o las viviendas de las personas que hemos trabajado toda la vida para conseguir ambos derechos. Estos análisis suelen olvidar que las pensiones en España son contributivas y son un derecho generado tras una larga carrera de cotización. Aun así, la pensión media ronda los 1.300 euros y el salario medio supera los 1.500 euros. También se ignora que 1 de cada 5 mayores vive en viviendas inaccesibles y que no reúnen las condiciones mínimas de habitabilidad o que 1,6 millones de personas mayores viven en situaciones de vulnerabilidad extrema.

Convendría huir de estos debates y titulares fáciles para avanzar en una mejor gestión de la diversidad generacional, que huya de los prejuicios generacionales que funcionan como atajos cognitivos: se dice que la juventud es inmadura, impaciente o poco comprometida; que las personas mayores son rígidas, poco digitales o resistentes al cambio. En lugar de asumir que cada generación se define por carencias o limitaciones, hay que reconocer que todas aportan competencias únicas. La experiencia y la memoria histórica de quienes han vivido varias décadas de cambios son tan valiosas como la frescura, o la creatividad de las personas jóvenes. Los prejuicios generan divisiones artificiales. No hay valores asociados a la edad sino a las personas, independientemente de su edad. Hay también muchísimo humor repleto de estereotipos en las redes sociales, sobre todo en TikTok, que refuerzan esa idea de brecha generacional que es artificial en la mayoría de los casos.

Habría que pedirles a los medios y a las empresas que dejen de insistir en esa idea de “guerra generacional” que no es actual ni real. Por el contrario, debería darse más altavoz a los numerosos estudios que evidencian que la amistad intergeneracional genera muchos beneficios. Beneficios en la salud emocional, reducción del edadismo, aprendizaje mutuo, etcétera. La diversidad generacional no es distinta de otras diversidades (cultural, de género, de capacidades). Todas exigen apertura, reconocimiento y diálogo. Por eso hay que promover espacios de encuentro y reconocer el valor de todas las etapas vitales sin distinción. El Día Internacional de las Personas de Edad de 2025, que se celebra el próximo 1 de octubre bajo el lema “Las personas de edad impulsan la acción local y mundial: nuestras aspiraciones, nuestro bienestar y nuestros derechos”, destaca el papel transformador que desempeñan las personas mayores. Jóvenes y mayores no son adversarios, sino aliados en la tarea de construir sociedades más justas, inclusivas y sostenibles. Luchar contra el edadismo es también construir intergeneracionalidad.

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