La derecha, enemiga del IMV

La llegada del Ingreso Mínimo Vital no ha gustado a la derecha, aunque terminará por apoyarlo forzada por el clamor popular y la estrategia electoral. Tampoco agrada a la CEOE, hay pánico a perder el acceso a mano de obra barata, cuando no esclava. Unos y otros, han quedado retratados. Si faltaba alguien en la ecuación, los obispos dicen estar en contra, curioso porque reciben 11.000 millones anuales de las arcas públicas. Estas son las derechas patriotas, las que enarbolan banderas como si fuesen de su propiedad. Los pobres nunca importaron, salvo como colectivo necesario en el mercado laboral, al pobre se le puede estrujar más y mejor, la necesidad, el hambre, hacen doblegar la voluntad, de quien nada tiene, con facilidad. Estas derechas ocultan a la gente que este tipo de protección ya existe en Francia, Reino Unido, Alemania, Portugal, Italia, Países Bajos, Finlandia, Polonia o Luxemburgo, países nada sospechosos de ser comunistas y, recáspita, Estados que no se han hundido por dar protección a quien lo necesita. Si fuese ayuda a los ricos, seguro que enmudecerían.