La cuaresma
Viendo cómo está el patio, se pone muy cuesta arriba no decir nada al respecto. Este no es el silencio de los cementerios sino el de la obcecación y el aguante estoico hasta que pase el tiempo ese que dicen que todo lo borra. Cuarenta días de silencio dan para pensar que hay algo que ocultar, de manera que esa estrategia se le puede volver en contra a Ferraz. Algo tienen que decir los acusados por la tal periodista o fontanera. Porque haber dejado en manos de semejante persona llena de contradicciones cuando no mentiras puras y duras es de políticos sin visión alguna del mundo que les rodea. Y esto crece. Tanto que la polarización actual en España recuerda pretéritos ya olvidados, o que creíamos superados. Urge por tanto una explicación correcta y creíble por parte de quien debe darla, que no es otro que el presidente Pedro Sánchez. De no hacerlo será responsable de lo que ocurra en las calles cuando cuatro vándalos se crean con legitimidad para destrozarlas, quemar contenedores y actos similares. El silencio de los corderos no hace otra cosa que elevar la temperatura política hasta que la olla a presión reviente como reventó en la amnistiada Cataluña. Aquel experimento parece que nos va a salir caro pues nadie nos puede asegurar que los disturbios de hoy no vayan a convertirse en indultos y amnistías en el futuro. Antecedentes ya los tenemos. Qué error, qué inmenso error.