Jordi Pujol y cía.

17 jun 2021 / 14:07 H.
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Todo es presunto, ¿eh? Que conste que todo es presunto. Puede que sí y puede que no, puede que sean corruptos o que no lo sean. Todavía no hay sentencia firme. Porque en teoría se trata de presuntas redes de mafias que a lo largo de varias décadas extendieron sus tentáculos —presuntamente— por un montón de sitios, limpiando huellas y mirando hacia otro lado. Eso es lo que presuntamente le está ocurriendo a toda esta familia de posibles corruptos, que un día sí y otro también fue creando un imperio a modo de red de túneles kilométricos excavados con una simple cucharilla, lentamente y con sumo escrúpulo para no dejar rastro. En el calcetín, cuando iban al baño, llevaban la tierra que arrojaban al inodoro, y así una semana y otra con mucha paciencia. Poco a poco. Llegaron hasta Andorra y luego incluso hasta Suiza, que allí sobran túneles bajo las ciudades, las montañas y los valles, donde reposa tranquilamente el oro en sus sótanos, durmiendo el sueño de los justos, desde el sudor de la explotación infantil y la injusticia, en cuentas opacas con no sé cuántos testaferros y nombres falsos. Suiza es uno de los países más tranquilos del mundo, y no me extraña, yo también dormiría contento, proclamando a los cuatro vientos neutralidad, neutralidad, ¡neutralidad!

Los Pujol, una familia de las de antes, con siete hijos y de profundas convicciones católicas, de esas que ya no quedan porque, según la fiscalía, presuntamente no se escapa ni uno solo de todos ellos de la organización criminal, del entramado de blanqueo de dinero aprovechando su posición privilegiada durante décadas. Con buenas amistades, entre ellas, es sobradamente conocida la del Rey emérito... Ya se sabe que el dinero llama al dinero, todo requetepresuntamente. Y así llegaban los billetes a espuertas, quién sabe si en bolsas negras de basura, de esas que ya no tenían dónde guardar, como en una película bastante entretenida protagonizada por Tom Cruise, Barry Seal: El traficante (2017). Cualquiera que la haya visto, recordará la secuencia en la que ya no podía ocultar los sacos de dólares...

Pero ahora viene la segunda parte, el intento de lavado de cara del régimen a tantos desmanes, favores y comisiones, esto es, el independentismo, con esa cortina de humo del referéndum y la vía unilateral. ¿A quién ha beneficiado realmente? ¿Qué tramas y subtramas desconocemos de un proceso que obviamente ha interesado a tantos? Porque no olvidemos que los que han dado la cara, esos que están en la cárcel y ahora se dan cuenta de todo lo que ha sucedido, y que están pagando el pato con sus huesos entre rejas, esos son el chivo expiatorio de un movimiento presuntamente de corrupción que ha envuelto a lo más granado de las familias catalanas, de esas que no comen carne en las fiestas de guardar. Sí, esas mismas élites burguesas han sido las estafadoras, dinamitando la región a costa de la mayoría, aprovechándose, como siempre, de unos pocos, los humildes. El pensamiento siempre va de arriba abajo, colonizando a las masas finalmente. Desde los despachos privados y los pasillos de las instituciones, desde la podredumbre de las intrigas, se fue cociendo y cocinando el peor de los fines, instrumentalizando el sentimiento de la gente, burlada, engañada y usada como pañuelo de papel. Lo demás, embadurnado de ideología, es silencio. Presunto silencio, se sobrentiende.

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