Jaén ni Illas

Salvador Illa. El personaje de la pandemia. El jefe del equipo fantasma de expertos. El de contagia menos que una gripe y habrá como mucho un par de casos. El de hoy no hacen falta mascarillas (si las comisiona de Aldama, mejor), pero mañana hay que salir con el traje de buzo, sin tubo. Ahora PCR para defecar en tu casa, luego vacunas hasta para el gato; la sarta de vacunados, dudacionistas de los antiguos dudacionistas, estos que hoy pasean sus genes libres de presuntos anticuerpos que enriquecieron a unos pocos y enfermaron a muchos. Todo sea por la solidaridad, decían. Si no te sometías al bien común impuesto por el grupete 2030, eras el apestado. Hoy el free. El caso es que el señor Illa, ídolo y villano, ha sido sensato por una vez y ha defendido el mejor Aceite de Oliva Virgen, Extra, del mundo. El de Jaén. Ni Illas. Ensalzando sus cualidades, reconociendo el trabajo de los Pacos Reyes y cía, y agradeciendo a esos andaluces que antaño llenaban las fábricas e industrias catalanas. Bravo por él. Ha encendido a los “suyos”, a la personaje esa aparta banderas, al huye maleteros y a todos los que viven del rollo indepen. Me juego un espetec que gastan en su alacena del picual del Santo Reino y las cornezuelo de Blas y su Jiennense Aceitunera.