Jaén en verde
No sé cuándo usted leerá mis letras, si será hoy domingo por la mañana, a primera hora; por la tarde, por la noche, o quizás en algún enlace dentro de dos semanas. No lo sé y realmente da igual, porque la finalidad del articulillo de hoy es la misma: ¿Y si la sociedad jiennense se volcará con el equipo de rugby de nuestra ciudad como con los equipos de balón redondo? Y es que para sorpresa de muchos y desconocimiento de muchos más nos jugamos el ascenso. Nuestro equipo de Jaén Rugby juega hoy domingo a las 13:00 horas en el campo de rugby de Las Lagunillas el primer partido en el Grupo Élite, después de haber quedado segundo en su grupo, jugando como siempre con ilusión y ganas. Y ojalá llenásemos el campo con la misma euforia que se llenan las calles cuando se juega algo similar en otros equipos. Y digo “ojalá” porque, para bien o para mal, el rugby sigue siendo ese deporte incomprendido de “bestias” y que cuando lo disfrutas desde dentro descubres disciplina, técnica, respeto, valores en su conjunto que faltan en la sociedad y en la mayor parte de los deportes. Jaén Rugby ha luchado por el objetivo, está en la fase, y ahora hay que disfrutarla, tal y como dice Nicolás Sanfilippo en prensa y como lo vivimos la gran familia que formamos este equipo. Disfrutar, disfrutar desde el respeto, desde la disciplina, desde la deportividad y el deporte. Porque el rugby consiste en eso, ensayar en el campo sin protagonismos, en equipo, respetando al contrario y haciendo que las gradas lo vivan del mismo modo que lo viven quienes placan en el campo. Estamos a puntito de rozar el cielo, y sin importar el resultado final, vemos este episodio con la nostalgia del recuerdo del nacimiento del club, de cómo cuatro locos empezaron a jugar, abriéndose paso en un mundillo muy desconocido y que hoy son los veteranos de nuestro equipo, clave para que este club siga vivo y no pierda el norte. Dejar atrás la idea de un juego violento para ver la realidad de los valores que inculca este deporte. Porque si esos valores los aplicáramos a nuestro día a día... ¡Ay, cómo cambiaría la sociedad! Y no, no estoy exagerando, vemos continuamente cómo la violencia se normaliza a nuestro alrededor, entendiendo esa violencia en todos los ámbitos, verbal o física; vemos como la sociedad nos educa en la competitividad, en la individualidad para lograr lo nuestro... Y olvidamos el equipo, la humildad, el respeto, el control, la empatía... Nuestra cantera lo aprende, y quienes rodean a nuestros jugadores y nuestras jugadoras de cualquier categoría se dan cuenta de eso, por lo que pasan a formar parte de esta familia. Porque en rugby todo el mundo tiene su posición, porque la individualidad no existe, solo se vive el equipo. E insisto, ojalá Jaén se llenara de camisetas verdes por las calles, porque el esfuerzo, la historia, la cantera, el equipo que juega el ascenso lo merecen. Después de este, aún nos quedan ocho partidos, y los disfrutaremos al máximo.
