Jaén en otoño

    31 oct 2022 / 16:08 H.
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    Ya se acabó la feria. Pero nos quedó el otoño, esa estación que inunda de belleza y de nostalgia a Jaén y a su provincia. Paisajes excelsos y rotundos, sinfonías de colores que convierten campos y serranías en un auténtico “paraíso interior”, en palabras del añorado José Luis Buendía. Una pena que en esta vorágine de progresos, más ficticios que reales, Jaén siga siendo, a pesar de sus paisajes y sus generosas gentes, provincia olvidada y marginada por los gobernantes. Que se la condene a ser una tierra de paso. Una tierra de emigrantes, a la par que de acogida de quienes acuden cada año a buscarse la vida en la “campaña” de la aceituna. Su decadencia, su renta per cápita, sus deficientes redes de conexión y transporte lo subrayan. En estos tiempos de incertidumbres y de nubarrones, que presagian tormentos, ojalá que quienes deciden el futuro de los pueblos no se olviden de Jaén. Para soñar de nuevo con las brisas de la Alameda, enredadas de añorados horizontes. Para ver cómo vuelan, arremolinadas por aceras y plazuelas, las hojas amarillentas. ¡Y sentir cómo otea majestuosa, desde su privilegiado balcón, nuestra cruz de cada día! Ya se acabó la feria. Pero nos quedó el otoño.

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