Jaén el Olimpo del aceite

    16 nov 2016 / 12:20 H.

    Un año más se ha celebrado en nuestra provincia, la Fiesta Anual del Primer Aceite de Jaén. Con motivo de tan especial evento, Andújar se ha convertido, durante el pasado fin de semana, en la capital de nuestra provincia, que viene a ser tanto como decir, que durante este lapso de tiempo se ha convertido en la capital mundial del aceite de oliva. Semejante celebración ya había tenido lugar, en fines de semana anteriores, en otros municipios como en Noguerones, donde, si bien con carácter, meramente, local, sus conciudadanos celebraron, orgullosos, sus raíces. Creo que en nuestra tierra se ha despertado, por fin, una concienciación, social e institucional, de la importancia de nuestro origen aceitunero, para lo cual, ha contribuido, sobremanera, el gran trabajo de las distintas administraciones públicas. Me gusta pensar que en Jaén se están empezando a hacer bien las cosas para defender aquello que nos da de comer a todos los jiennenses, y que constituye el motor, casi único, por cierto, de nuestra economía provincial: el aceite. No olvidemos que son nuestros olivos los que mueven el comercio, las consultas médicas privadas, los despachos de abogados, la publicidad en los medios de comunicación. Nuestras instituciones se han puesto las pilas y quieren concienciarnos de que es fundamental que aprovechemos los recursos de que disponemos. Si nuestra tierra es un mar de olivos, formémonos y hagámonos especialistas en ello. Con esa finalidad, el Colegio de Abogados de Jaén, atento a las necesidades de nuestra tierra, imparte un curso sobre Derecho Agrario, que ha recibido el reconocimiento y el interés de todo el territorio nacional. No en balde las mentes más lúcidas de Jaén, tras sus inagotables estudios sobre el aceite de oliva, insisten al respecto, en un par de premisas fundamentales: que el futuro de nuestro aceite no está en la Unión Europea, sino en la sartén; y que es absolutamente imprescindible la profesionalización de las cooperativas, sin la cual, no puede haber calidad en el aceite.