Influencia del sector público

A pesar de la subida del salario mínimo gran parte de nuestra ciudadanía tiene problemas para llegar a final de mes y otras muchas ni siquiera tienen esa posibilidad. En estos colectivos lo engrosan principalmente los jóvenes, menos jóvenes (eternos contratados) y los trabajadores no cualificados. Están llamados a llevar una vida de subsistencia y precaria. Con el tiempo esta situación no mejora porque estamos sumergidos en un sistema de producción de bajos salarios del que es muy difícil salir, no solo por nuestro sistema productivo sino también por la resistencia de los poderes económicos a fomentar aumentos de salarios. Mientras se consigue cambiar nuestro sistema productivo, que de emprenderse durará varias generaciones, se debe hacer frente a la situación descrita y proteger a las clases afectadas. Ya se ha establecido el salario mínimo vital, pero se hecha de menos la creación de una empresa publica o pública-privada de viviendas de bajo precio de alquiler donde los colectivos de baja y media baja renta puedan encauzar su independencia y vida familiar. Con esta medida ayudaría a la estabilidad familiar, aumentaría la natalidad, disminuiría el gasto social, así como la tensión sobre los salarios y ajustaría, por competencia, los alquileres y precio de la vivienda.