y balas

    26 jun 2022 / 16:00 H.
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    En España los incendios existen, son reales, sus consecuencias, desastrosas. Tras ellos quedan cenizas, vidas rotas, espacios inhabitables durante años, un hábitat hostil para la fauna, en suma, miles de millones de pérdidas. Pues para evitarlos, minimizarlos, en invierno y primavera que es cuando se hace la labor que los previene, se dedican muy pocos fondos, y los que hay parecen un despilfarro para algunas administraciones. España, que ni está en guerra ni se atisba que ello ocurra, dedica miles de millones al ejército, la mayor parte para armas y equipamiento que terminará por estar obsoleto e inservible. Son varas de medir, constataciones palpables de cuál es el interés, y desde luego el entorno natural, su conservación, va perdiendo la carrera ante los aviones, tanques y morteros. Así que no nos extrañemos tanto, también somos partícipes en la culpa, los votos valen para muchas cosas, también para esta. Solo propondría un ejercicio mental, imaginemos que la tercera parte del presupuesto de Defensa fuese para cuidar el entorno natural. Perdón, eso sería comunismo.

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