Imbroda y sus cosas

    24 feb 2020 / 08:42 H.
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    Pues una vez más, a la democracia se le ve el culo. Una vez más los políticos de turno nos dejan fuera de todo. Una vez más hemos endiosado a personas y hemos olvidado que las políticas y los políticos están al servicio de la ciudadanía, de quienes les votaron y de quienes no les votaron. Pero no, aquí, en nuestro país, se vota, se sube a los sillones a personajes que se convierten en seres supremos y que pueden hacer lo que les dé la real gana. El último puño sobre la mesa, de forma dictarorial, lo ha dado el señor Imbroda y su Consejería de Educación, con el beneplácito de nadie. Nos impone porque sí este señor el decreto de escolarización con la oposición de sindicatos y del consejo escolar. Es decir, con la absoluta oposición de quienes representan a las familias y a los y las docentes. Y esto es todo. El ex entrenador de baloncesto y empresario activo de centros privados de formación profesional, ahora se permite el lujo de ir preparando su personal puerta giratoria dando un realce a la escuela privada subvencionada con fondos públicos, vendiendo esta mierda bajo una falsa libertad de elección de centro para las familias. Me hace gracia, libertad dice este señor y toma la decisión de forma autoritaria, dictatorial, egoísta y fascista. Y para más indignación de quienes defendemos la escuela pública, este señor, en la presentación del decreto de la vergüenza y del hundimiento de la escuela pública, resulta que no tiene ni idea de en qué consiste el decreto y echa mano de su director. ¿Ustedes se imaginan en su puesto de trabajo defendiendo algo y diciendo “pues yo no tengo ni idea, pero se lo va a explicar mi compi”? El ex entrenador de baloncesto pasará a la historia como el consejero de Educación que ha conseguido hacer buenos a los anteriores consejeros de educación. Y mi pregunta es clara: ¿A qué espera este señor a dimitir ante tal incompetencia? ¿A qué espera su partido a largarlo con sus balones de ese despacho? ¿A qué esperamos la ciudadanía a defender los servicios públicos? Por lo pronto, el próximo 4 de marzo la sociedad andaluza estamos citada para exigir que este decreto que camina hacia la privatización de la educación pública sea retirado. Pero estamos citados por más motivos. Este decreto de escolarización es la puerta para que la escuela privada subvencionada con dinero público, la que se conoce como concertada, vaya cogiendo terreno, más del que vergonzosamente ya tiene, y relegue a la pública como subsidiaria; este decreto debemos tumbarlo, pero del mismo modo debemos gritar y exigir el cierre definitivo del grifo de la escuela privada subvencionada con dinero público, su regreso a sus orígenes, que sea privada y fin. Las familias tienen la libertad de decidir: pública o privada, no hay más, y esto no discrimina a nadie, solo que si los euros que se destinan a sufragar los gastos de la privada se invierten en la pública, la escuela de todas y de todos, estaremos ante una escuela realmente de calidad, y no tendremos que volver a escuchar al señor Imbroda llamar al profesorado de la pública acomplejado de la privada subvencionada con dinero público. Porque, mire usted, señor consejero, las docentes y los docentes de la escuela pública miramos por encima del hombro a la concertada y a usted, porque nos sobra formación, nos sobra motivación, nos sobra dedicación, nos sobra ilusión, nos sobra vocación... lo que nos falta es inversión económica que los distintos gobiernos se han empeñado en darle a escuelas privadas, a empresas privadas para adoctrinar a su alumando, porque bajo el nombre de un dios se adoctrina, bajo el nombre de la escuela pública se educa. Lo que nos sobra a la escuela pública es usted, señor Imbroda, que con su sonrisa y sus aires de ex entrenador de baloncesto piensa que tiene la autoridad suficiente para hacer desaparecer a la escuela pública. Nos sobra su prepotencia, su ignorancia patente y tangible en sus competencias, su desfachatez a la hora de enfrentarse a los problemas. Nos sobran políticos como usted, señor Imbroda. Nos vemos el 4 de marzo, docentes, alumnado y familias.

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