Votaron sin botar

    03 jul 2016 / 11:35 H.

    Una sociedad civil que pone su gobernanza en manos de grupos organizados con un gran número de sus miembros corruptos e inmersos en causas penales, definitivamente, está enferma. Unos con los dedos en la nariz se tragaron la ponzoña, otros sin los dedos aspiraron la pestilencia. Pero todos, votaron sin botar a los responsables de sus críticas diarias en tertulias, conversaciones y comentarios que con tanta pasión referían en los últimos meses. No cabe duda que el “himno y la bandera” del país de España es el cinismo y la hipocresía. Hoy, 2.516 años después más de 13.330.894 sujetos, en este país, son practicantes de la doctrina filosófica de Antístenes. Está claro que la práctica de la decencia y el ser consecuente están en creciente desuso, en consecuencia, esto conlleva que el número de idiotas se dispare para reforzar moralmente a los sátrapas que ejercen la gobernanza al servicio de todo menos del pueblo. Ahora será como una balsa de aceite en este jodido mar de olivos cuyas costas bañan la profunda Andalucía de la sopa boba del centralismo nacional y la periferia continental. Votaron sin botar, legítimamente y hay que respetar: el pueblo nunca se equivoca: puede ser idiota.