Amicitia aeterna

    12 ene 2020 / 11:20 H.
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    La amistad es uno de los sentimientos más profundos del ser humano. No entiende de géneros ni números, es un factor saludable y de equilibrio en cada persona. La amistad ha sido analizada, ensalzada, cantada en todas las generaciones y en el devenir histórico del ser humano como factor fundamental de humanización. La amistad revista a la persona de una cohesión interna que le ayuda a superar dificultades de la propia vida y, a la vez multiplica las alegrías y metas alcanzadas. La verdadera amistad se basa en un amor de benevolencia. Es la relación más libre que existe o entraría en la dependencia y sumisión que siempre obscurece el rostro de la verdadera amistad. Quiero comenzar el año con este canto a la amistad, a los amigos que se quedaron en las cunetas de mi vida, a los que conservo y a los que cada día voy haciendo nuevos; para todos ellos mis sentimientos de gratitud, ya que la amistad como la libertad es un don divino que el Creador nos regaló: “Ya no os llamo siervos sino amigos” Es curioso, pero la raíz de matrimonio es madre, la de patrimonio, padre, pero la de amigo es amor, ese que, como el buen vino envejece en las luchas y avatares de la vida. “La amistad verdadera es eterna” escribió Cicerón y S. Jerónimo completa: “Si se pierde no fue verdadera”.

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