Honremos a los Arregui y el escudo

El entrenador entrena con sus jugadores, los futbolistas juegan los partidos, algo de dignidad queda y el ejemplo, como siempre, en el lado más débil de la cadena, unos muchachos que llevan sin cobrar lo que va de año y salen a partirse la cara por el escudo del Real Jaén, da igual que ganen o pierdan (al Linares le vino bien ayer esta situación kafkiana), el caso es que lo hacen. Y lo hacen frente a quienes no hacen lo que tienen que hacer. Rocambolesca es la historia, que no por esperada deja de sorprender y que se resume muy fácil: Presidente, tienes que irte, presidente que se va; Justicia que sentencia que el club es de otro y ahora el otro no quiere estar donde le coloca una jueza que actuó porque él lo pidió. A este paso, disolución por inanición y a la basura la historia de un club casi centenario, que tiene que ser una bella historia de sentimiento y fe y no un gallinero, por favor.

Todos se echan la culpa, nadie tiene culpa alguna, lo cual suena a política en estado puro y estamos hablando de deporte, de fútbol y del Real Jaén, un respeto por favor. A los colores y a la hinchada, a ese anónimo aficionado que, en los años más duros, no ha dejado de bajar a La Victoria, de sacarse el carné de socio y brincar con los triunfos, sufrir con los continuos martirios y mover la cabeza de un lado a otro porque cuando las cosas iban bien (ascensos hemos tenido, dinero ha llegado de las quinielas y la televisión) no se han puesto los cimientos de esa nueva entidad, sostenible económicamente, que nos llevara a celebrar los 100 años de fútbol en Jaén. A día de hoy, proeza inalcanzable, porque el gallinero en el que todos querían estar se ha vaciado de pronto. Qué irresponsabilidad, qué manera de tomarnos el pelo cuando la ley dice que el club es tuyo y vas y dices que no te gusta lo que ves. ¿Acaso no lo sabías? ¿De verdad piensas que los aficionados te lo van a perdonar? Honremos a jugadores como Arregui, todo corazón y sacrificio, no siendo de Jaén, hagamos del escudo ese sentimiento de fe en unos colores y con todo el respeto, mandemos a freír espárragos a quien quiera al Real Jaén solo de boquilla, a quien ha dejado el gallinero a la deriva.