Hola don Pepito. Hola don José
Cómo están ustedes. Qué cómo están ustedes. No les oigo, más fuerte. Así aparecían todas las tardes los payasos de la tele. Repitieron durante años la misma pregunta, y siempre encontraron la misma respuesta: Bien, muy bien. Gabi, Fofó y familia lo hacían verdaderamente bien. Al igual que Espinete, Epi y Blas, Pipi calzaslargas, el Chavo del ocho, la bruja Avería y los Chiripitiflaúticos, que fueron los primeros en salir por la tele. Del blanco y negro al color fueron variando los gustos y creciendo la audiencia. Heidi, Marco, Bambi, Carlitos, Mafalda, el gordo y el flaco, Chaplin, Marisol. David el gnomo, Mazinguer Z, Goku, Flipper, Rin tin tin, y la mona Chita de Tarzán. Cómo están ustedes. Qué cómo están ustedes. Y todos los niños gritaban: Bien, muy bien. Suena a cuento del futuro, esta excursión al pasado televisivo en su sesión especial para menores, que me ha venido a la memoria como ejercicio para esta jornada de meditación. Siguen actuando bajo la carpa de aquel circo, hoy de plasma, payasos, bailarinas, marionetas, héroes, magos, domadores y equilibristas. Cómo están ustedes. No les oigo, más fuerte.