Haz y envés
La vida ofrece esos contrapuntos en el comportamiento de la naturaleza humana. Unos buscan la luz, lo positivo, la cara amable de las cosas; otros piensan en todo lo contrario y son hostiles, destructivos y hacen daño con fruición.
Y aquí estamos, conviviendo lo mejor que se puede con los unos y los otros. Y hay que soportar que unos vándalos destrocen nuestra Alameda porque sí, porque les apetece satisfacer sus malas entrañas. Y hay que sufrir que otros aún más bárbaros y miserables provoquen el incendio del cementerio de neumáticos de Seseña poniendo en peligro la salud de miles de ciudadanos. Y hay que convivir con corruptos, violentos, defraudadores y otras especies despreciables integradas en la cara oscura de la vida. Afortunadamente, como las flores, la vida tiene su haz y su envés y también presenta la otra cara, la limpia, la positiva, la de los hombres y mujeres que se afanan por hacer un mundo mejor.
Gentes que consumen menos titulares en las noticias pero que no cejan en su empeño de aportar buenas cosas a la sociedad. Investigadores, médicos, empresarios, escritores, filántropos y gentes sencillas que aportan su granito de arena sencillamente con hacer su trabajo bien hecho. Personas que construyen para el bienestar solidario. Mañana cumple 65 años un jiennense de Úbeda que lleva toda su vida entregado a la investigación arqueológica. Esta de arqueólogo no sólo es la profesión de Arturo Ruiz Rodríguez, sino que es también su pasión, a la que ha dedicado toda su vida y la seguirá dedicando.
Arturo Ruiz es un hombre conocido y querido en nuestra ciudad. Ha sido muy importante su aportación al desarrollo de la arqueología ibera en nuestra provincia a través del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica, cuyos objetivos, desde su fundación en 1998, son la investigación, conservación, gestión y difusión de la arqueología ibérica de Andalucía. Además, este ilustre investigador pertenece a varias instituciones científicas. Del éxito de su trabajo y de su equipo tenemos testimonios en Arjona, Huelma, Fuerte del Rey, Castellar, Santo Tomé y, más cerca aún, aquí, en el Puente Tablas, donde se puede visitar el oppidum íbero, todo un referente de lo que fue una ciudad ibérica.