Hasta luego (San) Lucas

    19 oct 2020 / 17:12 H.
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    Con esto de la nueva normalidad (vaya nombrecito), la feria que pudo ser. Mascarillas de lunares en las botellas de Pilycrim. La clásica enrea por San Ildefonso, con carriles pintados en las aceras (estas marcas seguro que no se borran), y una glorieta (y sus atrochaglorietas) a la entrada de El Abuelo. Un stop en la puerta de El Hortelano, para lograr el ansiado codo/barra. Camino del ferial, distancia de 2 metros entre grupos, saludando a codazos. En la portada, un Covid gigante con balcón, para aplaudir los ciudadanos a las 8; las gitanillas de la entrada tomando temperatura a los aspirantes, en vez de los fugaces abanicos. Si das positivo en fiebre y/o calentón, te vas por la entrada de abajo de los taxis, que no hay toma. Los vinillos de feria con PCR en vez de barquillo, y no se tiran monedas a los turrones, no, se consiguen cajas de Remdesivir. Ah, ya no vale lamer el euro. El premio de la tómbola es un respirador, los coches locos, sin Camela, van por raíles, y en vez de Caseta Municipal hay hospital de campaña. Los cubanos del Quinto Pino son el Illa y el Simón, que hacen la misma función, aunque con bastante menos gracia. Y los bomberos han sido sustituidos por cirujanas y enfermeros, que con tanta capa casera le dan más emoción, y además ya vienen entrenados de bailes en TikTok.

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