Háblame bajito

Hace cuestión de un mes, me llamaron para dar una charla en un colegio con motivo del Día del Libro. Hubo algo que llamó mi atención. Eran niños pequeños y, de vez en cuando, se alteraban y armaban jaleo. La profesora, en vez de gritarles para que se callaran, les hablaba en un tono de voz muy bajo. Y, ante mi asombro, los niños se callaban para poder escuchar lo que ella les decía. Por fin hemos terminado las elecciones, unas elecciones dominadas por las voces, los gritos, los insultos y las descalificaciones a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Tengo la sensación de que los partidos políticos se empeñan en hacer ruido para evitar que podamos escucharlos. Porque si, en vez de acusarse de independentista o corrupto, nos hablasen más de sus programas podría ser peligroso. Si nos enteramos bien de sus promesas luego, sabríamos lo que no cumplen. Estoy cansada de ese ruido mediático, de las personas que vociferan para decir nada. Necesitamos que nos hablen de cosas importantes: trabajo para los jóvenes, solucionar el problema de la vivienda, evitar las muertes de mujeres, subir la natalidad, etc. Por eso, ahora que han pasado las elecciones, les pediría a nuestros políticos que dejaran de gritarnos, por favor, que nos hablaran bajito para que pudiéramos entenderlos.