“Habemus” candidato

19 mar 2018 / 09:13 H.

No fue un cardenal quien pronunció la milagrosa palabra. Tampoco hubo balcón como escenario y, mucho, menos, la basílica de San Pedro. El “Habemus” candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Jaén llegó de la mano de alguien que está sentado a la derecha, no del padre, sino del hijo y del Espíritu Santo. En realidad, está situado en todos los lados habidos y por haber, porque cuando uno es presidente del Gobierno es porque tiene, cuanto menos, el don de la oblicuidad. El mismísimo Mariano Rajoy bendijo a Javier Márquez Sánchez (Jaén, 1971) como aspirante al bastón de mando de un Ayuntamiento difícil de gestionar por culpa de un heredado endeudamiento por los siglos de los siglos. Lo hizo en Marbella, donde se citó la “crème de la crème” en una maratoniana mañana en la que se mataron once pájaros de un tiro. El Partido Popular presentó a los candidatos de las ocho capitales de Andalucía, además de los de Algeciras, Marbella y Jerez de la Frontera. Engrasada la maquinaria, con prisa y sin pausa, empieza la cuenta atrás hacia una cita electoral en la que el bipartidismo se juega su presente y su futuro.

Dicen quienes presenciaron tan trascendental acontecimiento que el actual alcalde de Jaén, que estrenará urnas en 2019, sacó los pies del plato, en el buen sentido de la expresión. Fue un orador atípico, alejado del discurso mitinero, cercano a la broma y a la ironía fina y, sobre todo, con un mensaje más apegado a la tierra que a la luna. Le sobraron minutos de los cinco reglamentarios que tenía encomendados para hablar de su proyecto y se ciñó a refrendar ante sus seguidores que las ciudades dan lo que dan y que, para prometer el oro y el moro, entrar en la espiral de los incumplimientos y caer en una enfermedad mortal, la mejor receta es, aunque cueste, “achantar la mui”.

Javier Márquez sorprendió con su arenga a propios y extraños. En realidad, quienes lo conocen saben cuál es su estilo y, aunque el acto era el propicio para hablar exclusivamente de política y del libro de cada uno, él marcó diferencias. Solo un poco de autocrítica y de posicionamiento del partido al que representa frente a otros, como el emergente Ciudadanos, con el que está llamado a entenderse, o el enemigo Partido Socialista, con el que más vale mano izquierda y cintura que confrontación que no conduce a nada bueno para el ciudadano. El alcalde candidato, o viceversa, tiene claro que el borrón y cuenta nueva que promueve desde que sustituyó a José Enrique Fernández de Moya en la Alcaldía de Jaén continúa más vigente que nunca. Basta con echar un vistazo a sus mensajes publicados en las redes sociales para comprobar cuál es su talante.

El caso es que queda claro que ese estilo personal escuece en el seno de un partido en el que, como en todas las familias, cuecen habas. Las ausencias en la puesta de largo del candidato fueron señaladas y, eso de que era fin de semana y temprano, no convence. No estuvo el equipo de Gobierno al completo, tampoco el antecesor en el cargo y, eso sí, acompañó a Javier Márquez el actual presidente provincial del Partido Popular, Juan Diego Requena, a quien el alcalde agradeció en público su respaldo. Escenificada la decisión y bendecida por obra y gracia de las direcciones regional y nacional, empieza un nuevo camino convencido de que hay proyectos estancados que no tienen más remedio que salir adelante, si no en lo que queda de legislatura, en una totalmente nueva. Porque será entonces cuando el equipo sea el verdaderamente suyo y su forma de entender la política comience a dar sus frutos. O no.