Gracias, Julio

Grandes y pequeñas franquicias, tiendas de barrio, restaurantes, administraciones de loterías, empresas de luz y sonido, autores de villancicos...¿a qué esperáis para homenajear, dar las gracias o hacer algún tipo de reconocimiento al “inventor” de la Navidad?. Deberíais cambiar vuestros pesebres por un altar con la figura del Papa Julio I y estar eternamente agradecidos a este señor que estableció hace más de 1.600 años, que el Niño Jesús nació un 25 de diciembre. No veas, Julio, la que liaste. Si llegas a imaginar las consecuencias de esa decisión, hubieras dejado por escrito algún tipo de comisión para que los tuyos pillaran cacho de lo que es el gran negocio del año. Ahí están mirando con una cara de envidia que no pueden con ella, a comerciantes de Arabia Saudita, Irán o Somalia que ven como en sus países no se puede celebrar que el Niño Jesús nació un día de diciembre, con lo que ello les hubiera reportado a nivel económico. Lo de descubrir América, que tan mal visto está ahora por ciertos sectores, también trajo como consecuencia, la celebración de la Navidad en el resto del Mundo, ya que fue en la actual Haití y República Dominicana, donde se cree que se celebró por vez primera, para luego exportarla al resto de los rincones del planeta.